Una de las fechas más destacadas para el pueblo de Sumpango, en el departamento de Sacatepéquez, es el 1 de noviembre, el día de Todos los Santos, cuando se celebra junto al cementerio el festival de Barriletes Gigantes. Cada Barrilete es elaborado desde meses atrás y participa en un concurso de creatividad, así como de vuelo en el campo de fútbol de la comunidad.
De acuerdo con una leyenda popular del municipio, cada 1 de noviembre los espíritus malignos invadían el cementerio para molestar a las ánimas buenas que descansaban en ese recinto.
Tal incomodidad causaba que las almas de los muertos vagaran inquietas por las calles y viviendas humildes de Sumpango.
El relato histórico indica que como el problema persistía con cada advenimiento del “Día de los Muertos”, los habitantes de Sumpango decidieron consultar el fenómeno con los ancianos. La solución, recomendada por los guías de la comunidad, fue forzar la retirada de los intrusos mediante inducir el choque de pedazos de papel contra el viento.
Según los mayores, el impacto del viento contra el papel alejaría la molestia. Por ese motivo, los lugareños dedicaron horas a confeccionar los objetos que derivaron en cometas o barriletes, cuya creación propició que, finalmente, los espíritus buenos se quedaran tranquilos y dejaran de recibir la visita indeseada.
Los barriletes gigantes de Sumpango son una mezcla de arte, tradición y color, a través de los cuales, los lugareños transmiten mensajes de unidad, de amor, de fe, de respeto por las costumbres y respeta por la Madre Tierra.
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